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Isaac
Albéniz a los trece años |
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Albéniz
a los diecisiete años |
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Isaac
Albéniz a los diecinueve años |
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Isaac
Albéniz hacia 1880 |
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Isaac
Albéniz hacia 1890 |
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Plenitud de Albéniz al piano |
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Albéniz
hacia 1905, ya con signos de la enfermedad en el rostro |
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Albéniz
ya fuertemente tocado por la enfermedad hacia 1908 |
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Obra:
Música sinfónica:
-Suite
característica para
orquesta (ca.1886)
-Escenas sinfónicas catalanas (1888-1889)
-La
Alhambra (1896-1897)
-Petit Suite –Sérénade Lorraine (1898)
-Rapsodia Almogávar (1899)
-Catalonia, suite populaire pour orchestre en trois parties (1899)
Música
concertante:
-Rapsodia española
para piano i orquesta Opus 70 (1887)
-Primer concierto para piano y orquesta
-Concierto fantástico Opus 78
(1885-1887)
-Segundo concierto para piano y orquesta (inacabado 1892)
Música de cámara:
-Suite de concierto para sexteto (1883)
-Berceuse para violín y piano (1890)
Música instrumental:
Para
piano
-Marcha militar (1869)
-Pavana fácil para manos pequeñas Opus 83 (1881)
-Serenata napolitana (1882)
-Pavana-capricho Opus 12 (1882)
-Estudio - impromptu Opus 56 (1882)
-Barcarola Opus 23
(1883)
-Sesi pequeños
valses Opus 25 (1884)
-Sonata nº 1 Opus 28 (1884)
-Estudio de concierto Opus 29 (1885, 3 de julio)
-Serenada arábiga
(ca.1885)
-Suite
morisca (ca.1884)
-Estudio de concierto en Mi menor Opus 21 (1885)
-Deseo, estudio de concierto Opus 40 (1885) "A la meva dona" (A mi
mujer)
-Primera suite antigua Opus 54 (ca.1885)
-Seis mazurcas de
salón
Opus 66 (ca.1885)
-Primera suite española Opus 47 (1883-1894)
-Angustia, romanza sin palabras (1996)
-Segunda suite antigua Opus 64 (1886)
-Siete estudios en los tonos naturales mayores Opus 65 (1886)
-Minueto en Sol menor (1886)
-Tercer minueto (1886)
-Rapsodia cubana en Sol mayor Opus 66 (1886)
-Seis danzas españolas (1886)
-Tercera suite antigua (1886)
-Rapsodia española
para
dos pianos Opus 70 (1886)
-Rapsodia española Opus 70 (1887)
-Recuerdos de viaje Opus 71 (1886-1887)
-Sonata nº 4 en La mayor Opus 72 (1887)
-Recuerdos, mazurca
Opus 80 (1887)
-Mazurca de salón en mi bemol mayor Opus 81 (1887)
-Sonata nº 5 en Sol bemol mayor Opus 82 (1887)
-Vals champagne, vals de salón (1888)
-Doce piezas características Opus 92 (1888)
-Amalia, mazurca de
salón
Opus 95 (1888)
-Ricordatti, mazurca de salón Opus 96 (1888)
-Segunda suite española Opus 97 (ca.1889)
-Serenata española Opus 181 (1889)
-Cádiz-gaditana (ca.1889)
-Dos danzas españolas Opus 164 (ca.1889)
-España: Seis hojas de álbum Opus 165 (1890)
-L'Automme-Vals Opus 170 (1890)
-Zambra granadina en Re menor (ca.1890)
-Mallorca, barcarola
Opus 202 (1890) /**/
-Rêves, Sueños Opus 201 (1890-1891)
-Zorcico en Mi menor (1891)
-Les Saisons (También conocido como "Album of Miniatures" (1892)
-Chants d'Espagne Opus 232 (1891-1894)
-Espagne: Souvenirs (1896-1897)
-La Vega (1897)
-Tres improvisaciones en Fa sostenido menor (1903)
-Iberia, "12 nouvelles impressions en quatre cahiers" (1905-1908)
-Navarra (1907)
-Azulejos (Acabada
por Enric Granados
1909)
Obra escénica:
Ópera
-The Magic Opal
(1892-1893)
-Poor Jonathan (1893)
-Henry Clifford (1893-1895)
-Pepita Jiménez (1895)
-Mar i cel (Inacabada
1897)
-La Sérénade (Esbozada
1899)
-Merlin (1897-1902)
-Launcelot (1902-1904)
-Guenevere (Esbozada)
-La morena (Esbozada
1905)
Zarzuela
-Cuanto más viejo…
(1881-1882)
-Catalans de Gracia (1882)
-San Antonio de la Florida (1894)
-La real hembra (Inacabada
1902)
Música incidental
-Poèmes d'amour
(1892)
-The Song of Songs (Esbozada
1905)
Música vocal:
Voz y piano
-Cinco
rimas de
Bécquer Opus 7 (1886)
-Seis
baladas sobre textos de la marquesa de Bolaños (1887)
-Chanson de Barberine (ca.1889)
-A Nelli, sis cançons per cant i piano (1896)
-Has marxat per sempre, Elena? (1896)
-Seras meva? (1896)
-Separats! (1896)
-Dos fragmentos en prosa (1897)
-Sucede con el amor (1897)
-La
asamblea de les
ratas (Incompleto
ca.1897)
-Los dones de los Dioses (1897)
-La oruga (1903)
-Cuatro canciones (1908)
Música coral
-El Cristo
(Manuscrito ilocalizado
ca.1885)
-Domine ne in furore, Salm VI del Oficio de Difuntos (1885)
-Lo Llacsó (Esbozo
1896)
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Biografía:
Nacimiento de un niño prodigio:
Isaac Albéniz nació en Camprodon (Ripollès) el 29
de mayo de 1860. Su padre Ángel
Albéniz era
un funcionario destinado a esta población, su madre
Dolors Pacual era originaria de Figueres.

Era un auténtico niño prodigio pues ya a los cuatro
años interpretó en el teatro Romea de Barcelona,
donde sus padres habian ido a residir al
poco de haber nacido, una
fantasía sobre las "I vespri Siciliani -
Las vísperas Sicilianas" de Verdi .
Su primer maestro fue Narcis Oliveras. Más adelante, en París a los seis
años cursaba estudios con Antoine François Marmontel
primero y más adelante en el Conservatorio. A los
ocho años daba conciertos en muchas poblaciones
catalanas.
Con vocación clara de pianista desde el primer momento, su música la
encontramos en los repertorios de los grandes
intérpretes, que la han escogido como una clara
referencia de la música popular andaluza para este instrumento.
Los motivos de inspiración andaluza ocupan una
parte importante de su producción como compositor - pese a su nacimiento
en Cataluña, su producción de música de
inspiración catalana no es tan abundante -.
Esto no se obstáculo para que
Albéniz fuera un hombre eminentemente catalán, de
aquellos que actualmente podríamos denominar "catalán universal".
Una infancia muy movida:
Al ser su padre
Ángel
Albéniz funcionario del estado
Isaac Albéniz conoció desde muy pequeño muchos lugares de la
península ibérica. Nació
en Camprodon porque allí estaba
entonces destinado su padre. Al cabo de tres años lo
destinan a Sitges, y sólo unos pocos meses
más tarde a Barcelona. Años después es
represaliado y va a parar a la oficina de aduanas del puerto de
Almeria, destino que
pierde por sus implicaciones
políticas y la familia
vuelve a Barcelona, pese a que
Isaac (que tiene ocho años) se
halla entonces en Madrid (donde
aprobará el
examen de primero de solfeo en el
conservatorio de la capital). El mes de julio, nuevo
cambio de domicilio, ahora a Cáceres.
Va de Cáceres a Madrid
regularmente para asistir a las clases de solfeo de
Feliciano Primo y de piano por Manuel Mendizábal.
Con diez años, da recitales con entusiasmo
siempre que le es posible, mientras no deja
de
estudiar.
Su padre vuelve a ser destinado a Madrid,
donde se traslada toda la familia.
Es la época
en que se da
a conocer con recitales en Valladolid, Salamanca, Palencia, León, Oviedo,
Avila, El Escorial, un amplio
recorrido por Andalucía,
en fin,
un ciudades, pueblos i lugares dónde ya
empieza a ser pedida la presencia del joven
pianista.
Cuando tiene catorce años
su hermana Blanca se suicida en el Parque del Retiro de Madrid,
donde era
miembro del coro del teatro de la Zarzuela.
En 1875 su padre, Ángel
*Albéniz,
es nombrado "Interventor general
de correos" en Puerto Rico y La
Habana, nuevamente al siguiente
año
volverá a perder este trabajo, por lo que volverá a Madrid. Pero para
Isaac todas estas
circunstancias no
son nada más que una genial manera de darse a conocer y de
visitar un nuevo
país. Durante este
periodo actuó como pianista en ciudades como San Juan de
Puerto Rico, Santiago de Cuba, así como en locales
diversos de La
Habana.
Contactos de
alto nivel:
Al año siguiente (1876) el
prestigio de
Albéniz se difunde dentro de los
círculos aristocráticos de Madrid. En este hecho tiene
una intervención capital
la figura de Guillermo
Morphy Ferris, (Conde
de
Morphy secretario particular de Alfonso
XII), que
entusiasmado por su talento le abrió
las puertas de
la Corte. Este personaje influyó
para que
le fuera
otorgada una pensión real para estudiar
en el
Conservatoire Royal de Bruselas, donde perfeccionó
los estudios de solfeo y piano.
A partir de este momento
podemos decir ya, que Albéniz inicia su
singladura vital independiente de los destinos de trabajo paternos.
Hombre de una imaginación inagotable, su talento agota
el campo de la propia música, incluso le hace
inventarse situaciones y anécdotas, como
el supuesto encuentro
con Franz Liszt, que en su diario
fecha el 18 de
agosto de 1880 en Budapest, cosa imposible por lo visto, puesto que
Liszt estaba en Weimar por estas
fechas. El exhibicionismo
de niño prodigio debía de influirle,
como cuando
tocaba con los ojos vendados, o de
espalda al piano, o con un
tejido sobre las
teclas por dificultarlo más. Por esto
en su diario, por mucho que
indudablemente nos
ayuda en el
estudio del personaje, no es menos cierto que encontramos muchas situaciones descritas
que hemos de
contemplar con mucha cautela, o cuando menos, saberlas interpretar.
Albéniz compositor:
En la década de los ochenta,
es decir con 20 años cumplidos, profundiza decisivamente
en la
composición, sin dejar de pasear su
virtuosismo por muchas poblaciones europeas.
Durante un periodo daba clases a sus discípulos (llegó a tener
una importante clientela de extracción
aristócrata), y al final del día, pese al
cansancio acumulado, se ponía a componer páginas y páginas de música,
puesto que con el editor
Romero y
Andía habían firmado un contrato por el que este le pagaba cinco pesetas de la
época por
página inédita. Romero se pensaba que había
hecho un buen
negocio, pero
Albéniz era tan prolífico
que pronto el mismo editor le
suplicó que rescindieran el
contrato, puesto que
Albéniz se las ingeniaba por ofrecerle
diariamente docenas de páginas,
que era más de lo que
el editor estaba
dispuesto a pagar.
Debemos hacer referencia a la gran cantidad
de manuscritos actualmente perdidos, de los cuales tenemos
noticía por cartas, documentos,
manifestaciones de gente próxima y estudiosos de su
figura. Igualmente nos encontramos con gran cantidad de obras
empezadas, a veces simples bocetos, de una o
dos páginas de escritura
que en caso de haberse acabado hubiesen podido ser
verdaderas obras de arte musical.
Esto nos da una idea de la
exuberáncia
de su carácter, de la permanente inquietud que lo marcó y de
la
ambición por mejorar su expresión
musical.
Un vasto catálogo de su producción expuesto
con toda clase de detalles además de una
discografia recomendada la encontramos en el reciente libro "Albéniz"
del
Musicólogo Justo Romero.
El año 1883 va a ser muy importante en la vida de
Albéniz.
Al volver de un viaje
por Sur América va a establecerse nuevamente en Barcelona donde
conoció a
Felip Pedrell uno de los más grandes músicos y compositores
catalanes y gran estudioso de la música
antigua, que lo
convenció de la necesidad de desarrollar un
estilo musical más moderno y profundamente nacional.
Albéniz, músico
Modernista?:
Albéniz vivió de pleno
el periodo álgido del Modernismo
que se desarrolla
básicamente entre 1890 y 1910.
Aunque en música es difícil hablar en Cataluña de
una
escuela modernista propiamente dicho (en el mismo sentido que en
Francia, por ejemplo, podemos hablar de
Claude Debussy o Eric Satie), está
bien claro que las características de su música se
incluyen en este
movimiento, muy orientado a una visión popular de las artes y de
la música y a una libertad de creación
que rompía con la rigidez académica
que había imperado hasta
la eclosión del Modernismo y que ya se
había
empezado a manifestar en la obra de Felip
Pedrell.
En este
aspecto representa una aportación importante en la investigación del
Modernismo musical en Cataluña, la
obra de Xosé Aviñoa y en particular sus llibros "La
música i el Modernisme" y "Modernisme
i Modernistes - Música i Modernisme: Definició i Període -"
(ver Bibliografía).
Matrimonio y madurez:
Se casa con su
alumna
Rosina Jordana el
23 de junio de 1883 en la iglesia de la Virgen de la Merced, en
Barcelona. De este
matrimonio nacerán cinco hijos, cuatro chicas (dos de
ellas muertas a corta edad) y un
chico.
El 1885 el
matrimonio se traslada a vivir a Madrid
En la Exposición
Universal de Barcelona del año 1888 realiza una serie de conciertos
que lo
catapultan hacia un mayor prestigio artístico. El hecho
es que el 13 de
junio del año siguiente, después
de una fabulosa acogida, actúa en
el Prince's Hall de Londres, dónde recibe grandes
elogios por parte de la prensa británica; tan
grand es su éxito que se queda en el Reino Unido dónde
da más conciertos - en el Saint
James Hall, en el Steinway Hall y el Crystal Palace - durante
todo aquel año.
Ya no hay ninguna duda sobre el
reconocimiento de la valía de nuestro músico, que
nuevamente por estas
fechas decide instalarse en Barcelona,
si bien no será ni muchos menos de una
manera estable puesto que
en aquella mente
no hay nada definitivo, pero que con sus compatriotas
reencuentra el
cosmopolitismo que había ido descubriendo
en sus viajes de
juventud.
Su carrera como pianista
llega a su
zenit durante los
años 1889-92 en que
además de los conciertos citados en la Gran Bretaña,
celebra otros en
Alemania, Austria, Bélgica y Francia.
Además de en Londres y Barcelona, también vivió en París
(donde enseñó en la Schola Cantorum), Bruselas, Niza y
Leipzig entre otras ciudades. Pero fue en Andalucía donde captó la
esencia
de las melodías del lugar, dónde creó
un estilo que
hizo que popularmente diera
más la sensación
de haber nacido allí, que no en otro lugar.
La música de Albéniz,
síntesis de estilos:
Según Yale Fineman, Albéniz introduce en su
música muchos elementos procedentes del sur d e la península Ibérica,
básicamente de Andalucía, en sus composiciones. Transporta al piano el
idioma de la guitarra. Si comparamos sus primeros trabajos en que la
guitarra es el instrumento básico, con uno
de los últimos, la Suite Iberia
por ejemplo, constatamos que esta es mucho más claramente pianística.
También las diferencias son notables con respecto a su construcción formal
alternando al final las formas de la sonata con las de la copla y esta con
interludios y danzas.
Con Iberia, suite de una extraordinaria complejidad técnica, Albéniz hace
entrar su música en el siglo XX. Enriquece su vocabulario musical que se
hace mucho más interesante no sólo para los melómanos, sino para el
público en general.
Albéniz es capaz de combinar elementos de la música europea contemporánea
con el idioma musical Andaluz y con la música popular Catalana. Pese a
contener estos elementos extranjeros (europeos), su música será
entusiásticamente aceptada por su gente.
Contratos
de composición:
Entre los años 1890 y 1893, Albéniz vivió preferentemente en Londres. En
este periodo, además de continuar la composición para piano y la
realización de conciertos en el mismo Londres y en otras ciudade s
europeas, escribió algunas operetas y canciones de éxito que le
permitieron ser temporalmente contratado como compositor principal y
director en el Teatro Príncipe de Gales. En el año 1893, le ofrecieron
hacer definitivo este nombramiento, pero Albéniz prefirió volver a
Barcelona y posteriormente a París.
Entonces Albéniz ya se había convertido en un punto de observación para
gente que quieren rentabilizar el genio. Hay una competición entre varios
empresarios, banqueros y poetas ingleses, que le hacen ofertas económicas
sustanciosas, para que musique poemas y dramas ingleses. Finalmente
contacta con un rico banquero inglés Francis Money-Coutts (Lord Latymer)
que tenía la afición de escribir dramas poéticos que quería musicar.
Firman un contrato, que era atractivo para Albeniz porque le permitía
conseguir una estabilidad financiera para él y su familia. Esta obligación
tiene dos vertientes: por una parte le trae tranquilidad económica que él
aprecia después de las privaciones de años pasados, pero por otro lado
cumple con los contratos sin la inspiración y el sentimien to que había
sentido anteriormente a la hora de componer piezas que eran artísticamente
muy apreciadas por él. Quien sabe si añora los momentos en que su ilusión
le inspiró las pequeñas joyas para piano que tan popular lo hicieron,
aunque tuvieran una pequeña o nula rentabilidad, aunque fuese ahora uno de
los músicos más bien pagados del momento.
No le resultaron fáciles este encargos. En la música orquestal no
encuentra la magia sonora de un piano solo, y su composición se debate
entre las formalidades a que le obligan los diversos instrumentos y la
inspiración que debe buscar a precio alzado. Quizás pecaba de autodidacta,
a falta de un academicismo conseguido demasiado a la fuerza.
A este periodo corresponde lo Opera Pepita Jimenez basada en la obra de
Juan Valera, que obtuvo un notable éxito, siendo representada en Barcelona
(1896), Praga (1897), Bruselas (1905) y París (Opera-Comique, 1923).
El
entorno
y los primeros síntomas de la enfermedad:
En las tertulias con sus amigos músicos (Fauré, Dukas,
Granados, Malats,
Breton entre otros) pedía siempre su parecer, les preguntaba su
opinión sobre este o aquel detalle, a pesar de ser ya una personalidad
reconocida. El brillante pianista siempre quería aprender, siempre
aprender; aprender más para llegar a componer para orquesta con igual
sensibilidad y ligereza que lo hacía por piano. Al músico no le es ajeno
el entorno que le toca vivir.
Tiene una visión negativa de su tiempo que se refleja en la
correspondencia que mantiene con su hermana Clementina durante su estancia
en el balneario de Plombières el verano de 1898, seguramente debida a que
su salud ya empezaba a manifestar signos de deterioro. Efectivamente,
coincidiendo con sus treinta y siete años leemos en su diario un largo
párrafo que refleja la situación de un hombre todavía joven, pero cansado
ya por la madurez vivida y adquirida en su trayectoria vital,
reflexionando sobre sí mismo, sobre si ha hecho o no bien las cosas, en el
reconocimiento de los temores que toda persona siente en su soledad, ya
apagado el rumor de los aplausos y los elogios mundanos. Este redactado
está escrito en el hotel dónde se encontraba en Praga, mientras se estaba
ensayando su obra Pepita Jiménez.
La
enfermedad
mortal:
A pesar de que pasó muchos años con su enfermedad torturándolo, no por
esto dejó de componer con toda la fuerza de voluntad del mundo.

Casi durante doce años sufrió el Mal de Brigth (nefritis crónica), pasando
etapas de crisis agudas, tan es así que durante una estancia en Inglaterra
en que cayó gravemente enfermo, se extendió el rumor – infundado - de su
muerte, que pronto quedó desmentido.
En tal momento, el cronista del Heraldo de Madrid, Louis Bonafoux,
escribía: "Albéniz esta con los riñones rotos, pero conserva toda su
innata fuerza vital y el optimismo, que lo llevan tercamente a seguir
viviendo, y lo que es más grave, a trabajar!". No podía este catalán de
casta hacer otra cosa que trabajar mientras el cuerpo aguantara.
Con este espíritu, dejó el mundo de la interpretación y se dedicó
plenamente a la composición. Multitud de obras de mayor o menor
envergadura se quedaron en bocetos, muchas se completaron, como es el
caso, entre otros, de "Merlin", "La real hembra" durante el año 1902, "Launcelot"
en 1904 y las doce piezas de "Iberia" en 1906 .
Vuelve a viajar por todas partes pese a su padecimiento físico. Pero todo
tiene un límite.
La
estancia en el balneario de
Cambo-las-bains y la muerte:
Por recomendación de los médicos, el 1 d’Abril de 1909, abandona París
dónde entonces vivía, y con toda la familia se instala en el balneario de
Cambo-las-Bains (País Vasco), en busca de un clima más adecuado. Se va
haciendo evidente que el final se acerca y las autorizadas dosis de
morfina que se le administran, a duras penas menguan su padecimiento.
Un emocionante encuentro tuvo lugar a primeros de mayo, al recibir la
visita de su apreciado Enric Granados, trayéndole noticias de buena parte
de sus amigos. Efectivamente, Debussy, Dukas, Fauré, de Indy y el mismo
Granados habían pedido al gobierno francés la Gran Cruz de la Legión de
Honor para él, condecoración que pronto iban a concederle. Todo esto
escrito en una carta que le entregó al moribundo. Entonces se abrazaron -
según testigos directos - y ninguno de los dos era capaz de decir nada
llevados por la emoción y los llantos, hasta que el mismo médico, haciendo
valer su autoridad los separó para que no siguieran dejándose ganar por la
emoción. Después se desahogaron en una larga y cálida conversación en la
que Granados le dio cuenta de los últimos hechos musicales, le comentó su
próximo viaje a Estados Unidos para dar a conocer su obra. Albéniz le pide
que tocara algo al piano. Granados se pone a interpretar "La maja y el
ruiseñor", inédita en aquellas fechas, y mientras lo hacía, le quiso dar
una sorpresa al amigo, y, sin decir nada, paró su interpretación y empezó
a tocar la barcarola "Mallorca", que era una pequeña pieza concebida
durante un viaje de los dos a las Baleares, una manera de recordar sin
decir nada.
Este día que transcurrió en compañía de Granados fue de los últimos en que
Albéniz se mantuvo lúcido.
Murió hacia las 8 de la tarde del día 18 de aquel mes de Mayo de 1909
faltando pocos días para que cumpliera 49 años.
Su muerte fue muy sentida. Los restos de Albéniz estuvieron todavía unos
días en Cambo, dónde se dirigió el prefecto de los Bajos Pirineos a
rendirle homenaje y colocar sobre el féretro la Gran Cruz de la Legión de
Honor.
La comitiva partió para Barcelona, donde llegó en tren el día 5 de junio a
las siete y cuarto del anochecer a la estación de Francia. Se le tributó
una solemne ceremonia de recibimiento, que se prolongó hasta el día
siguiente.
La Banda Municipal de Barcelona tocó la marcha fúnebre del Crepúsculo de
los Dioses de Wagner, el Orfeó Català cantó varios pasajes del Rèquiem de
Fauré, se interpretó la "Marcha fúnebre" de la sonata nº 2 de Chopin…
Tras los solemnes funerales, la comitiva recorrió las calles engalanadas
con banderas catalanas a media asta e hizo una emocionante parada ante el
teatro de Opera del Liceo. Centenares de personas se unieron a la
ceremonia.
Más tarde fue enterrado en el cementerio de Montjuic.
Es ineludible preguntarse dónde hubiera llegado este catalán universal si
hubiera tenido una más larga vida.
Epitafio a Isaac Albéniz
(Federico García Lorca):
Esta piedra que vemos
levantada
sobre hierbas de muerte y barro oscuro
guarda lira de sombra, sol maduro,
urna de canto sola y derramada.
Desde la sal de Cádiz a
Granada
que erige en agua un perpetuo muro
en caballo andaluz de acento duro
tu sombra gime por la luz dorada.
¡Oh dulce muerto de
pequeña mano
¡Oh música y bondad entretejida
¡Oh pupila de azor, corazón sano.
Duerme cielo sin fin
nieve tendida
Sueña invierno de lumbre, gris verano
¡Duerme en olvido de tu vieja vida!
14 de
Diciembre de 1935 |
Comentarios
sobre la vida y
la
obra de
Albéniz:
• De un largo trabajo publicado por Claude Debussy cuatro años tras
su muerte, refiriéndose a autores ibéricos, podemos extractar: "…
retengamos entre ellos el nombre de Isaac Albéniz, incomparable virtuoso
primero, adquirió después un conocimiento maravilloso de "oficio" musical…
supo sacar partido de la gran melancolía, del humor especial de su país de
origen (él era catalán)… en "El Albaicín" es dónde podemos encontrar la
atmósfera de las tardes de España con olores de aguardiente y claveles…
lejanos sonidos de guitarra que por la noche se queja… sin copiar con
exactitud los temas populares, los ha escuchado, ha bebido en ellos y los
traspasa a su música, sin que podamos distinguir la línea que separa lo
popular de la invención propia…"
• Felip Pedrell decía que "Albeniz siente la música por la
telepatía del teclado del piano". El mismo compositor, en la Revista
musical catalana escribe "Temperamentos como el suyo no son enseñables,
contienen todo lo que les toca ver, son sólo digeribles y esto en cierta
medida, por no contener ni echar a perder el hálito del agua cristalina de
su innata intuición".
• Un pianista de la talla de Francis Planté opinaba de él: "Existen
los grandes pianistas… Y el gran pianista Isaac Albéniz".
• Artur Rubinstein aseguraba que "He encontrado el autor que me
hace dar lo mejor de mí como intérprete… Desde entonces, mis grandes
éxitos van inseparablemente unidos al nombre ilustre y querido de Isaac
Albéniz".
• Turina decía de él " Catalán enmoldado en andaluz".
Comentarios y elogios
necrológicos:
La muerte de Albéniz removió el mundo
musical de la época y las muestras de alabanza hacia su persona se
multiplicaron. Recogemos unas cuántas.
• Tomás
Bretón lo conoció muy bien en la
década de los ochenta. Fueron los años de estancia en Madrid. "Ha
muerto un gran artista, a la vez que un hombre bueno. Aquel era más
conocido que este… yo no he conocido un corazón más bello que el de Isaac
Albéniz…" escribía en un artículo necrológico el 21 de mayo de 1909,
tres días tras el deceso y acababa con un suspiro: "Pobre Isaac! Dios
le dé la gloria que, en opinión de los que lo quisimos y admiramos, se
merece."
• Manuel de
Falla, en una carta a Felip
Pedrell datada en París el 29 de Diciembre del 1909 "Qué gran pérdida
hemos sufrido con la muerte de Albéniz y qué artista más grande era!".
• Su colega y amigo Déodat de
Séverac, que concluyó la
inacabada Navarra, impactado por la noticia de su muerte publicó en el
Courrier Musical: "… no podías acercarte a él sin adorarlo, porque era
la generosidad, la lealtad y la amistad viva… todas las cosas bonitas, ya
fueran poesía, música, pintura, escultura, le emocionaban hasta lo más
profundo del corazón…(su música) es seductora como una flor de azahar, y
también tan ardiente como el sol de España…"
Museo
Isaac Albéniz en Camprodon:
La población
en la que nació Albéniz, honra la figura de su ilustre hijo con un pequeño
pero interesante Museo que contiene objetos personales, abundante documentación
entre la que podemos encontrar su certificado de nacimiento, manuscritos
originales, libros dedicados a Albéniz de su
biblioteca particular i
un facsímile de la versión manuscrita de la Suite Iberia.
También podemos ver
numerosos elementos personales como la cama que llevaba en sus
viajes.
Está allí su primer piano - que podéis ver fotografiado arriba
a la derecha - el piano de cola que
Francis Money-Coutts regaló a su hija con motivo de su boda, pinturas relacionadas
con Albéniz y muchas fotografías.
El Museo celebra además anualmente un importante festival musical con
destacados intérpretes.
Dirección: |
Calle Sant Roc, 22
17867
Camprodon |
Teléfono: |
(+34) 972 74 11 66 |
e-mail: |
registre@ajcamprodon.com |
Visitas: |
Concertadas y guiadas |
Horario:
|
Lunes a Viernes:
Martes cerrado.
Sábados y festivos:
Domingos tarde cerrado. |
Mañanas de 11h. a 14h.
Tardes de 16 h. a 19h.
Mañanas de 11h. a 14h.
Tardes de 16h. a 19h. |
Precio: |
Billete
normal: 2,40 Euros.
Menos
de 18 años y jubilados: 1,50 Euros.
Estudiantes con carnet: 1,50 Euros.
Grupos de
más de 20 personas: 1,50 Euros.
Menos de 10 años: No pagan. |
Tienda: |
Se venden recuerdos, postales, partituras, discos, etc. |
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